UN microrelato: El Pufi

El pufi

El pufi lo esperó agazapado junto al río. (Son animalillos peludos, de carácter caprichoso, algunas veces sonrientes, otras malhumorados, incluso rezongones. Nunca es aconsejable acercar la mano, o cualquier objeto que aprecies, a los filosos dientes de un pufi)
Este en particular, lo empezó a seguir, primero de lejos, como si por casualidad fueran por el mismo camino, luego tan cerca que se tropezaba con sus pies y casi lo hizo caer una o dos veces.
Molesto, le lanzó un puntapié que recibió como única respuesta un siseo y una irritada mirada violeta. El pufi se desvaneció entre el verde follaje de los helechos.
Minutos después, cuando se encontraba en el puente colgante, a medio cruce entre las dos orillas y a una peligrosa altura sobre el río espumoso y erizado de piedras, creyó ver una sombra peluda que se deslizaba sigilosa.
Algún instinto, o un sexto sentido, lo hizo retroceder corriendo justo a tiempo antes que el puente entero cayera al abismo. (En general, los pufis no son peligrosos, pero algunos –se observa con más frecuencia en los de ojos violeta- son odiosamente vengativos)

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